La medicina tradicional, también conocida como medicina alternativa o complementaria en algunos países, engloba una diversidad de terapias y prácticas arraigadas en las diferentes culturas alrededor del mundo. Utilizada desde tiempos inmemorables, sus practicantes han desempeñado un papel crucial como proveedores de atención primaria de salud a nivel comunitario. Este vasto conjunto de conocimientos, habilidades y prácticas, definido por la Organización de las Naciones Unidas, abarca teorías, creencias y experiencias de diversas culturas. Se emplea tanto en el mantenimiento de la salud como en la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades físicas y mentales. La medicina tradicional comprende prácticas que involucran plantas, animales, fuentes minerales, terapias espirituales, técnicas manuales y ejercicios, aplicados individualmente o en combinación para promover el bienestar.
El reconocimiento de la medicina tradicional como un recurso esencial para la salud de millones de personas ha llevado a la designación del 22 de octubre como el Día Mundial de la Medicina Tradicional. Esta conmemoración, establecida por la Organización Mundial de la Salud en 1991, busca rescatar, preservar e impulsar el conocimiento de las prácticas tradicionales, instando a los Estados miembros de la ONU a promover políticas que garanticen su uso seguro y efectivo. A nivel jurídico internacional, los derechos de los pueblos originarios en relación con la medicina tradicional están respaldados por convenios como el Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales Independientes. Este convenio reconoce la organización de servicios de salud a nivel comunitario y subraya la importancia de las prácticas tradicionales en la atención primaria de salud.
La medicina tradicional, un término amplio que abarca diversas tradiciones, como la china, hindú, occidental y árabe, así como las formas indígenas, utiliza medicinas basadas en hierbas, partes de animales y minerales. Incluye prácticas como la acupuntura, terapias manuales y espirituales. En entornos donde la medicina tradicional no se ha incorporado al sistema sanitario nacional, se la clasifica como "complementaria" o "alternativa".
Este sistema de atención de la salud ha mantenido su popularidad en todo el mundo, experimentando un resurgimiento desde la década de 1990 en países desarrollados y en desarrollo. En África, hasta el 80% de la población utiliza la medicina tradicional, mientras que en Asia y Latinoamérica, las poblaciones continúan haciéndolo por motivos históricos y culturales. China, por ejemplo, cuenta con aproximadamente un 40% de atención sanitaria basada en la medicina tradicional.
Un hito reciente en el reconocimiento mundial de la medicina tradicional fue la Primera Cumbre Mundial de la OMS sobre Medicina Tradicional en Gandhinagar, India. Celebrada en agosto, esta cumbre buscó compromisos políticos para aplicar medidas basadas en la evidencia sobre la medicina tradicional, reconociéndola como la primera opción terapéutica para millones de personas en todo el mundo. En el caso específico de México, la medicina tradicional mexicana se fundamenta en conocimientos profundos sobre salud y enfermedad, acumulados a lo largo de la historia por los diversos pueblos indígenas y rurales del país. Esta tradición, que incorpora elementos de la medicina antigua española, africana y occidental, refleja una cosmovisión única y demuestra la adaptabilidad de la medicina tradicional a lo largo del tiempo.
La medicina tradicional sigue desempeñando un papel crucial en la salud y el bienestar de las comunidades en todo el mundo. Su reconocimiento a nivel global destaca su importancia cultural, histórica y terapéutica, subrayando la necesidad de integrarla de manera segura y efectiva en los sistemas de atención médica a nivel nacional e internacional.
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